Leamos Gálatas 6:7-8. "No os engañéis; Dios no puede ser burlado; pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna."

Toda siembra que tú haces produce una cosecha. La cosecha es la consecuencia de la siembra y no otra cosa. Tiene una perfecta relación de causa y efecto. Cuando alguien comete fornicación en lo secreto; nadie más lo sabe, excepto Dios. Pero eso que se sembró en secreto, se cosecha en público.

Hermana: si tú quedaste embarazada, entonces no puedes destruir ese ser que se está gestando. Porque entonces añadirías un pecado muchísimo mayor. Porque desde el momento que se produce la concepción hay un ser distinto a la madre dentro de su vientre. Y la concepción se produce prácticamente en el acto sexual mismo.

Ahora bien, la Escritura dice que el que destruye el templo de Dios, Dios le destruirá a él. De tal manera que cuando se destruye una vida humana, (y si lo hace un creyente, con mayor razón), se expone a un juicio severo. Y más vale que afronte la vergüenza, que reciba la disciplina de Dios que sea necesaria, antes que escapar mediante la eliminación de ese ser que lleva dentro.

En Proverbios 28:13: "El que encubre sus pecados no prosperará; mas el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia."Amada hermana: la fornicación y una de sus consecuencias, particularmente en la mujer, el embarazo, no es el fin de una persona, no es el desenlace triste de la carrera de la vida. ¡Gracias al Señor! Aunque es verdad que lo que se siembra se cosecha, tú todavía tienes la oportunidad para el arrepentimiento. Todavía tienes oportunidad para la confesión de tu pecado y para el perdón.

Siendo algo grave, con todo, no es el fin de la vida. Tendrá que sufrir, pero todavía hay una oportunidad. Con esto, no estamos alentando la fornicación y el embarazo, como si dijéramos, total, después hay perdón y restauración. No. Una cosa es el perdón, y otra cosa es la cosecha. Una persona, cuando comete un pecado, puede ser perdonada, y de hecho, la sangre del Señor está vigente para el perdón de nuestros pecados, pero ¿sabes? La cosecha es independiente del perdón. ¿Qué significa eso? Que si pecaste y quedaste embarazada, ese niño es la cosecha. No puedes destruirlo. Él te va a recordar durante el resto de tu vida del pecado de fornicación cometido a tal edad, en tal fecha, etc. Fuiste perdonada, pero la cosecha está ahí y todos la van a poder ver.